domingo, 3 de abril de 2011

La Botica del Angel



La Botica del Ángel fue un original ámbito artístico porteño creado por el modisto y escenográfo Eduardo Bergara Leumann en 1966 en el Barrio de San Telmo de Buenos Aires, Argentina por el que pasaron y se iniciaron figuras del medio artístico argentino de relevancia nacional e internacional.
Nació como espacio teatral alternativo y de exposiciones en el año 1966, en la calle Lima 670. Rápidamente se impuso como un centro alternativo de vanguardia al mismo tiempo que el legendario Instituto Di Tella.


La primera Botica cerró sus puertas debido a las obras de ensanche de la Avenida 9 de Julio, para dar paso a una segunda en la calle Luis Sáenz Peña 541. Hoy es un museo del barrio de Montserrat, integra los sitios de interés cultural de la ciudad de Buenos Aires como ámbito especializado en los años sesenta, posee 33 ambientes con diversos escenarios. Depende de la Universidad del Salvador.







Divertidísimo cambalache donde,

 la Biblia se codea con el calefón. 


El viernes 11 de Marzo tuve la posibilidad de ir a una visita guiada de este laberinto vertical, casi infinito, donde más y más escaleras conducen a más y más pasadizos, atiborrados de objetos que han proliferado como un insólito arrecife de coral. El vértigo de la acumulación impide demorar la vista en las reliquias más valiosas: hay pinturas, sobre todo, de Berni, de Soldi, de Roux, de casi todos los maestros argentinos. Autógrafos, manuscritos, cartas, miles (no creo exagerar) de fotografías. Cada corredor, cada recoveco, es como una capilla dedicada al recuerdo de actores, actrices, cantantes, bailarines... todos los que dedicaron y dedican sus vidas al espectáculo. Pero también están los escritores (una encantadora carta de Victoria Ocampo a José Gobello, agradeciéndole el envío de un Diccionario del Lunfardo, donde ha podido descubrir que ella misma usa en sus textos términos lunfardos, sin saberlo), los pintores, los músicos.


En esa tarde casi veraniega, yo atravesaba los túneles del tiempo y saludaba a los amables fantasmas que surgían y se desvanecían a mi paso, mientras iba del Pabellón de las Rosas a lo de Hansen, del vasto salón entonado en plata donde Marikena se hermana con García Lorca, al diminuto circo dedicado -naturalmente- a los Podestá, o curioseaba en los baños, decorados con tanta gracia.


Vivimos en un mundo que te saca las ganas de todo, por eso es necesario que un ejército de ángeles salga con mensajes de optimismo, de creación, de ganas. La Botica es un Imperio del arte, se siente, se vive, se palpita, solo lo entenderás si vas:

VISITAS GUIADAS PREVIA INSCRIPCIÓN 0800 333 8725Luis Saenz Peña 541 (entre Venezuela y Mèxico)








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